La Catedral de la Ciudad de México

El ingeniero Geotecnista debe valerse de todas las áreas que puedan servirle para la formulación de un criterio, a continuación, se presenta un resumen acerca de la solución dada a los problemas presentados en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

En 1524, Hernán Cortés mando a construir una primera iglesia en los terrenos que hoy ocupan la Catedral, esa pequeña iglesia se convierte en Catedral pero pronto resulta insuficiente, por lo que en 1571 el tercer arzobispo de México, D. Pedro Moya, y el virrey Martín Enríquez colocan la primera piedra de la actual Catedral. Comienzan a construir Claudio de Arciniega y Juan de Cuenca. El procedimiento de construcción se hizo en tiempos diferentes, primeramente se construyó la Catedral y posteriormente las dos torres que la resguardan, en su construcción participaron los arquitectos Juan Serrano, Juan Lozano y José Damián Ortiz de Castro.

Con el paso del tiempo se empezaron a notar los problemas de hundimientos diferenciales, TGC fue una de las empresas que estudio este comportamiento, el cual ya había acumulado muchos desniveles en la torre poniente, y la inclinación en todo el cuerpo; había torsiones, desplomes de las columnas y los muros y fracturas. Cuando realizaron una inspección de esto era evidente que la estructura ya había llegado a un estado de deterioro muy importante. Para ese entonces la torre se hundía en un orden de entre 2 y 3 centímetros anuales, este fenómeno comenzó casi desde que se terminó de construir la Catedral. El hundimiento acumulado había llegado ya a 2.5 metros, además, había muchas grietas, lo cual hacía necesario un proceso de mantenimiento constante: en cuanto se habría una grieta, la cerraban y la reforzaban, fue en el sismo de 1985  cuando muchas de las grietas existentes se abrieron más. Ello motivo que las autoridades de gobierno a cargo de los monumentos históricos tomaron cartas en el asunto.

En el Valle de México, un edificio se inclina cuando está construido sobre arcillas, generalmente porque la carga suele ser excéntrica y ocasiona este tipo de comportamiento. Sin embargo, el edificio de la Catedral  es muy simétrico, con la excepción del peso de las torres que causan cierta concentración. Que se inclinara hacia el frente resultaba lógico, pero ¿por qué se torcía? ¿por qué el frente se movía más a un lado que al otro? ese fue el punto de partida para analizar toda la información disponible. Enrique Santoyo trabajo muy intensamente en ese asunto: la recopilación de información, la sistematización de los datos y el análisis de los hechos, de estas investigaciones se determinó que en la Catedral había un factor de hundimiento regional causado por la extracción del agua profunda; eso, unido a la historia de cargas de las pirámides que pesaban bastante, aunque no tanto como el Templo Mayor, incrementaba los asentamientos de una manera impresionante, lo curioso del caso fue, refiere Enrique Tamez González, «que al hacer todas las exploraciones y los sondeos, detectamos que había algo que no estaba identificado por la historia». Resulto que en el área de la Catedral había existido una construcción pesada que no estaba registrada, y cuando llegaron los españoles ya no existía.

De acuerdo a la experiencia citada en el libro de «Ingeniero a profundidad: Enrique Tamez González» se narra que para realizar la corrección de los asentamientos primero se tuvo que corregir el hundimiento diferencial del sagrario a base de recimentación con pilotes de control propuesto por el ingeniero Manuel González Flores, que aún se siguen usando, posteriormente para corregir la geometría de un monumento histórico con una historia endémica de deformación, la Catedral, se ideo todo un plan con un procedimiento propuesto por un ingeniero geotecnista italiano que había ofrecido esta solución con la Torre de Pisa: excavar por debajo del edificio para enderezarlo gradualmente. No había nombre para ese método, pero el equipo de trabajo comenzó a nombrarlo subexcavación.

La Catedral no dejo de dar servicio durante el tiempo que duro el proceso de corrección geométrica: se enderezó cuanto fue posible hasta que la estructura misma comenzó a dañarse como consecuencia de ese movimiento diferencial inverso. Se había logrado corregir más de 80 cm de desnivel con la extracción de tierra, pero llego el momento en que ya no pudo reforzarse más la estructura. Para llevar el control del movimiento diferencial inverso se instalaron una serie de extensómetros, principalmente en el centro de los arcos y columnas de la zona más afectada, así como medidores de nivel para ver cómo iban progresando las diferencias de niveles. Inmediatamente después de terminar la subexcavación, se tomaron medidas para evitar que los edificios reanudaran las tendencias de hundimiento. Se modificaron las propiedades del subsuelo para lograr que los hundimientos fuesen más uniformes y no se perdieran los avances logrados con la subexcavación. Para ello se realizó un programa de inyección con mortero en los estratos más compresibles del subsuelo. Esta técnica fue desarrollada y ejecutada por TGC con base en experiencias previas de estabilización obtenidas en otros países, así como los resultados favorables de un proceso de inyección realizada en el palacio de Bellas Artes y en aplicaciones experimentales que realizó TGC en uno de los edificios de la facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM.

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